EMDR

La terapia EMDR está avalada por la Organización Mundial de la Salud y las Guías Clínicas Internacionales para el tratamiento del trauma. Se basa en la comprensión del efecto de las experiencias vitales adversas y traumáticas sobre la patología y en el procesamiento de dichas experiencias a través de procedimientos estructurados que incluyen movimientos oculares u otras formas de estimulación bilateral. Su aplicación se ha extendido a un amplio rango de problemas clínicos. 

¿Qué sucede durante la aplicación de EMDR?

En el proceso con EMDR, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar un problema específico que será el foco del tratamiento. El paciente describe el incidente traumático, a partir del cual es ayudado por el terapeuta para que seleccione los aspectos más importantes y que más lo angustian de dicho incidente. Mientras el paciente hace movimientos oculares (o cualquier otra estimulación bilateral) le vienen a la mente otras partes del recuerdo traumático u otros recuerdos. El terapeuta interrumpe los movimientos oculares cada tanto para asegurarse que el paciente esté procesando adecuadamente.



La estimulación bilateral puede ser:

a) Visual: el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta
b) Auditiva: el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos
c) Kinestésica: el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente. Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional.

El terapeuta guía el proceso, tomando decisiones clínicas sobre la dirección que debe seguir la intervención. La meta es que el paciente procese la información sobre el incidente traumático, llevándolo a una "resolución adaptativa". En las palabras de Francine Shapiro, esto significa:

a) una reducción de los síntomas
b) un cambio en las creencias
c) la posibilidad de funcionar mejor en la vida cotidiana. 

Neurorrehabilitación

El tratamiento NEURON UP

Nuevas investigaciones en distintas áreas han proporcionado un mejor conocimiento del funcionamiento cerebral, así como de las posibilidades del cerebro para su recuperación o modificación (neuroplasticidad).
Se ha demostrado que el cerebro es un órgano dinámico capaz de experimentar considerables modificaciones después de sufrir lesiones o cambios ambientales.
Debido a esto, actualmente se le da una gran importancia a proporcionar una rehabilitación efectiva en los casos de lesión cerebral o una estimulación adecuada para enlentecer el deterioro cognitivo propio de algunas patologías.
Los principales campos que se pueden beneficiar de la neurorrehabilitación y estimulación cognitiva son:

Daño cerebral
adquirido

Trastornos del neurodesarrollo

Enfermedad neurodegenerativa

Discapacidad
intelectual

Enfermedad
mental

Envejecimiento
normal